Wednesday, January 13, 2016

La Familia Guirola


Las recuas de mulas cargan añil con destino a Guatemala. La exportación del colorante está en su apogeo. El frío matinal y las calles empedradas rebozan de vida a Santa Tecla. La imponente vista del volcán de San Salvador deleita hasta a los más exigentes. El aroma de las flores, que con gran maestría cultivan sus agraciadas dueñas, embellece los jardines de cada casa. Desde 1858, cuatro años después de su fundación -1854-, han vivido los Guirola, una de las más adineradas y enigmáticas familias de El Salvador, quienes en su máximo esplendor llegaron a poseer gran parte de Santa Tecla y sus alrededores.
El linaje de la familia Guirola de El Salvador desciende de la Península Ibérica. Rafael María Guírola (Peninsular) se asentó en Zacatecoluca a inicios del siglo XIX, se casó con Gertrudis de la Cotera y González (salvadoreña). De su matrimonio nació Ángel Guirola de la Cotera (1826-1910), fue este personaje quien lanzó su apellido a los círculos sociales más altos del país.
A base de mucho trabajo logró amasar una gran fortuna. En sus inicios impulsó la exportación de añil hacia Guatemala, Europa y Nueva York. Luego aprovecho el auge cafetalero en el país, y obtuvo de la municipalidad predios baldíos que le sirvieron para el cultivo del grano de café. Estos terrenos los convirtió en las fincas  “El Cafetalón” y”San Rafael”. Con los años fundó el tranvía entre San Salvador y Santa Tecla. Además, construyó y administró El Teatro Olympia.
 Santa Tecla solía ser una ciudad donde las “noticias” viajaban de persona a persona con la misma  rapidez que lo hace un virus. Cuando sus habitantes se dieron cuenta que Don Ángel Guirola hacía florecer una gran fortuna empezaron las especulaciones. La mayoría de tecleños desconocía los negocios de Don Ángel en la Banca Nacional, mucho menos todo el mecanismo que lleva implícito ese tipo de transacciones, lo cual fue un factor para que la población no se pudiera explicar de dónde provenía el dinero de Ángel Guirola. Es por ello que muchas leyendas urbanas –de ese período histórico- comenzaron a tomar mucha fuerza.

Unión estratégica

En una sociedad tan conservadora como lo era la del siglo XIX, la conveniencia económica en un matrimonio era de interés estratégico, no solo por el bienestar inmediato de la pareja, si no por la perpetuación del apellido a través de una persona digna de tan crucial labor.   Don Ángel Guirola en sus continuos viajes conoció a Cordelia Duke Alexander. Y en 1859 se unieron en matrimonio en la ciudad de Nueva York.
Una vez instalados en Santa Tecla, el matrimonio procreó cuatro hijos y tres hijas. Adalberto, Rafael, Ángel, Eduardo, Julia, Lulú y Matilde.

Los Duke, familia política de don Ángel

Oscar Monedero, experto en la genealogía Duke, encontró algunas relaciones sanguíneas de los Duke ingleses con los Guirola salvadoreños. Según su investigación, cuando los Duke de Inglaterra emigraron hacia las catorce colonias mantuvieron su simpatía hacia la monarquía. Pero cuando Estados Unidos de América se consolidó como república -1776-, se vieron obligados a refugiarse en las colonias británicas de Bermuda, Barbados, Bahamas y Jamaica. Fue en la ciudad de Spanish Town –Jamaica-, donde Louis Duke fundó una comercializadora, su primogénito Isaac Duke se casó con Judith Alexander, de su unión nacióCordelia Duke -1839-.
En 1885, Ángel Guirola y su cuñado –Mauricio Duke- deciden fundar el Banco Salvadoreño. Luego M. Duke fundó el Banco Agrícola Comercial, que luego fue El Banco Central de Reserva (BCR).

Comerciante

Don Ángel fue un comerciante consiente del poder de los medios publicitarios de la época. El uno de Enero de 1879 apareció publicado un anuncio en El Diario Oficial, que reza: “por mayor y por menor los artículos siguientes: Café viejo, bueno; galerías doradas, géneros franceses e ingleses para cortinajes; borlas para dichas cortinas; géneros charolados para carpetas y otros usos; vidrios planos, blancos y de colores, maque de muñeca, lavatorios de metal pintados, sobres para cartas y abarrotes; cera de Castilla en panes de 1 y 25 libras; aceite de oliva todo envase, aceite de castor y de almendras en botecitos, vinos dulces y secos, champagne, coñac fino y ordinario, pinturas en aceite, láminas de cinc, azadones, frenos imitación del país cadenas de hierro para mulas y caballos, revólveres, escopetas dos calibres, municiones, rifles y municiones, cubiertas de lona charoladas para carros,pecheras blancas para camisas, camisones blancos y ganado gordo”.

La Casa de las Águilas, “Una mansión bellísima”

Con esas palabras, Ernesto Rivas Gallont, -empresario, escritor y amigo de los Guirola- describió la “Casa de las Águilas”, como popularmente es llamada.
La residencia fue construida a principios del siglo XX. Según el  arquitecto  Joaquín López, ” la casa es una fusión de estilos entre el Greco y el Romano. En su  construcción se utilizó  materiales como lámina troquelada importada de Bélgica, balcones forjados, detalles en mármol. Algo que resalta son las hojas de café, representadas por pequeños relieves en el exterior”.
Dicho palacete es una joya arquitectónica que Don Rafael Guirola Duke mandó a construir para vivir con su esposa Concha Meléndez y sus hijas, Violeta, y Concha que luego sería de Dubois. Cuando la residencia iba a ser finalizada, Doña Concha Meléndez de Guirola murió en Los Ángeles, California. Y la celebración por la inauguración de la nueva casa se convirtió en velorio.

La residencia situada frente al parque San Martín ocupa media manzana de construcción, pisos con ladrillos antiguos del tamaño de un azulejo. Un encielado hecho de madera tallada y decorada. Además, cuenta con lámparas de cristal de roca cortada, importada de Austria.
Actualmente la casa está desocupada y en grave peligro de colapso. El paso de los años y los terremotos han prevalecido ante la  imperial  estética  del  lugar.  Antes de los terremotos de 2001, la casa contaba con un balcón principal. Arriba de el, se encontraban dos estatuas que representaban dos cóndores, los cuales la gente llamó “zopes”.
Ahora, es un edificio más del empresario Roberto Bukele, quien ha levantado un estacionamiento y pequeños puestos comerciales en lo que fue el patio de la residencia. Sin embargo, existe una disposición municipal que prohíbe su demolición. No obstante, el tiempo y el abandono de la casa pueden provocar su destrucción. Negándonos de esa forma  compartir una joya arquitectónica con las futuras generaciones.

Empresarios prominentes

Don Ángel fue un próspero comerciante que importaba productos desde Europa y otras partes del mundo,  los cuales comercializaba en Santa Tecla. Además, exportaba café y tenía  negocios en la Banca Nacional. En 1943, su hijo Rafael fue uno de los fundadores de “Araujo, Guirola, Duke y compañía”. Empresa dedicada a fabricar cosméticos y jabones.
 Julia y Gertrudis, las hijas mayores de Don Ángel fueron instruidas en las artes, literatura, e idiomas, en colegios de Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Ellas fungían como contadores en las haciendas cafetaleras de su padre.
El Sr. Rosignon, miembro de la Junta Central de Agricultura, publicó en El Boletín de Agricultura Tomo 1. años 1 y 2, 1883, además retomado por el Sr. Ernesto Rivas Gallont, en su libro Historias y cuentos de la ciudad de las colinas. Describe que en la Casa de Don Ángel Guirola,  “unas cincuenta mujeres ocupadas en escoger café en ese suelo terso y limpio”,  imagen “digna de ser reproducida por un pintor realista”.

Cargos públicos

Don Ángel Guirola fue Alcalde de San Vicente en 1852. En  1880 fue diputado de la Asamblea Constituyente, Vicepresidente de la misma en 1883. Y fue por la ausencia de su amigo íntimo, el ex presidente Dr. Rafael Zaldívar, que Don Ángel asumió la Presidencia del mes de abril, hasta agosto de 1884.
Rafael Guirola Duke fue un diplomático muy distinguido. También,  lo fue el nieto de su hermano Ángel, Jorge Matamoros Guirola.  Quien fuera embajador de El Salvador en Costa Rica durante casi cuarenta años.

Arquitectura señorial

Hogar de niños Adalberto Guirola. Ubicado sobre la séptima avenida, al costado derecho del Instituto Damián Villacorta. En el año de 1906, El Coronel Adalberto Guirola murió en la Guerra que El Salvador y Honduras libraron en contra de Guatemala, en los campos de Ahuachapán.
Su padre –Don Ángel- mandó a construir el orfanato en su  memoria. Ubicándole al frente una estatua que representa su muerte en batalla. Según el arquitecto Julio Flores el edificio cuenta con un estilo pre-gótico, y con detalles romanos.

Casa de las Colinas. Dicha residencia fue construida por Eduardo Guirola, para habitarla con su esposa Martha Valverde. La casa está ubicada en Las Colinas, Santa Tecla. Gran parte está construida en madera. En la actualidad se encuentra en muy buenas condiciones, aunque no está habitada.
Para el terremoto de enero de 2001, el deslave de las colinas pasó al costado izquierdo de la casa. En donde afortunadamente solo arrasó con la piscina. Un hecho muy misterioso para Luís Marín, un habitante de los alrededores, quien observó cuando el deslave se producía en el lugar.
Portal Guirola. Los portales eran los centros comerciales del presente. En ellos los vendedores comercializaban diversos productos, como alimentos, vestido, abarrotes, etc. El Portal Guirola fue construido a finales del siglo. XIX. Y perduró hasta su demolición en la década de los 80s.

Los Ilustres del clan

Muchos integrantes de la familia Guirola se destacaron por diversas cualidades. Así es el caso de Eduardo Guirola Duke, quien en 1941 donó a la municipalidad el terreno, en donde actualmente se ubica el Cementerio General de Santa Tecla. También, Concha Guirola de Dubois. Educada en Inglaterra y con gran inclinación hacia el arpa. Con su creatividad se encargó de la elaboración de carrosas en la década de los 50s. Dichas carrosas eran parte de las celebraciones navideñas que organizaba la Alcaldía.
La contraparte antagónica de Concha fue su hermanastro, el amado y odiado Rafael Guirola Matamoros, producto del segundo matrimonio de Rafael Guirola Duke con Claudia M. de Guirola.  Éste personaje se paseaba por las calles de la ciudad en su Cadillac, acompañado de las más bellas señoritas. Rafael fue el símbolo sexual de su época. Frecuentaba el Casino Tecleño, en dónde hacía y deshacía fiestas. El Sr. Rivas Gallont cuenta que en una ocasión Rafael entró montado a caballo al casino. Le gustaba ser el centro de atención, tanto es así que en México D.F tenía una “Suit” alquilada de forma indefinida, ya que viajaba para ver a sus mejores caballos de carreras competir en los hipódromos del D.F.

Una familia con tragedias                                        

Muchos eventos trágicos opacaron la vida de varios integrantes de la familia. En los 60s, Martha Valverde de Guirola esposa de Don Eduardo, tenía un lujoso apartamento en París. En una ocasión los esposos conducían en los bosques de Boloña, a la par de un camión que cargaba troncos. Los troncos se soltaron y el matrimonio murió en el impacto. No es más trágico que el accidente que sufrieron los  hijos de Ricardo Guirola, -dos niños y una niña- cuando se conducían  hacia Apulo. En ese momento la calle se encontraba lisa debido a la lluvia. Por este motivo el conductor perdió el control del automóvil y se estrelló. Los niños no murieron en el choque, fallecieron electrocutados por un cable de alta tensión, el cual se encontraba en la calle y que el motorista trató de alejar. Pero mientras trataba de alejarlo mantuvo sostenida la puerta, y la electricidad viajó por todo el carro. Muriendo todos al instante. En el Liceo Salvadoreño, colegio donde estudiaban los dos niños, se construyó en la primera mitad de la década de los 50s, el Jardín Guirola, en memoria de los infantes que cursaban quinto grado.

Su cementerio privado

Un dato interesante que la mayoría de tecleños desconoce, es que la familia Guirola posee su cementerio privado, contiguo al Cementerio General de Santa Tecla. Don Eduardo Guirola al donar a la municipalidad el actual terreno del cementerio general, tuvo la visión de conservar un pequeño campo santo –en una colina- para sus familiares.
El joven Francisco Gallardo, descendiente del querido filántropo tecleño Manuel Gallardo, comenta: “en ese cementerio hay antepasados de mi familia que se casaron con algún Guirola”. El cementerio posee tumbas de finales de 1800. Además, cuenta con mausoleos de estilo gótico, greco y romano. Sobresalen detalles e imágenes divinas esculpidas en mármol.

“Pactado”

La voz popular dice que con el fin de acumular más fortuna y tierras, Ángel Guirola hizo un pacto con el mismo Satanás. Quien a cambio de su alma y la de toda su descendencia le entregó mucha riqueza y prosperidad en sus negocios de café y de la Banca Nacional.
Tapiz metálico. Una leyenda tecleña dice que en la casa de los zopes, la habitación que fue de Rafael Guirola se encontraba tapizada de bambas. Unas antiguas monedas de plata que eran de curso legal en el país a inicios de 1900.
Los guardianes. Se dice que en los alrededores de la casa de los zopes se encontraba una jauría encargada de cuidar la residencia. Fernando Morales de 82 años recuerda: “una vez que mi tía Chusita estaba grave, tuve que pasar frente a esa casa como a las 12:a.m. Cuando vi, dos chuchos grandes y negros me venían siguiendo. Menos mal que la casa de mi tía estaba a la otra esquina y pude llegar rápido”.
La cama de hierro. Otra de las leyendas de los Guirola es la cama de hierro. Donde supuestamente los miembros de la familia hacían sacrificios humanos para Satanás, con el objetivo de ser recompensados con más bienes materiales. 

El final de una dinastía

Rafael G. Matamoros no tuvo descendencia, tampoco Ernesto Guirola. Este último fue amante de las armas de fuego y alardeaba con las mismas. Decidió suicidarse por razones desconocidas. El Sr. Gallont comentó: “Los Guirola eran grandes damas y caballeros con gran presencia y rasgos físicos muy diferentes a los demás, les gustaba el Champagne, las fiestas, la ‘Bon Vivant’ e incluso importar maridos y esposas desde Europa y Norteamérica” –resltan apellidos como Nevilles, Renwick, Drews, Shields, etc.-  Con decepción dice: “nunca supe que hayan sostenido una obra benéfica”.
Muchos integrantes de la familia emigraron hacia otros países como México, Francia, etc. En la actualidad Violetta Dubois Guirola es la única descendiente directa que vive en Santa Tecla y de quien no se pudo obtener una entrevista, ya que se encontraba indispuesta. Rafael G. Matamoros  murió en la pobreza. Los negocios de la familia fueron en declive, el café ya no era rentable, malos negocios en la Banca Nacional y una cultura de despilfarro fueron la causa principal, por la cual perdieron su fortuna. La época del esplendor, del añil, de las fiestas majestuosas, ha quedado en el recuerdo. Y después de tantas experiencias que nos da la historia, es predecible pensar que hasta las familias más poderosas tienen un único esplendor y un marcado declive.    
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